Qué es el CBD?
El cannabidiol (abreviado como CBD) es uno de los más de cien compuestos orgánicos que están presentes en las plantas de cáñamo. Conocidos como cannabinoides, esta familia de sustancias químicas trabaja junto a moléculas más pequeñas para ayudar a que las plantas produzcan enzimas y ahuyenten las plagas.
Pero, cuando el ser humano consume CBD y otros cannabinoides, sucede algo realmente extraordinario.
Los cannabinoides interactúan con una extensa red de receptores que existe en todos nosotros. El alcance total de esta interacción sigue siendo objeto de investigación, pero puede afectar al sueño, el apetito, el ánimo, etc.
Afortunadamente, el CBD no solo interactúa con nuestro cuerpo de diversas formas, sino que además se tolera bien y no es tóxico.
¿De dónde viene el CBD?
Aunque el CBD se puede encontrar en prácticamente todas las especies de Cannabis sativa, el cáñamo tiene las concentraciones más altas.
El cáñamo es una variedad de Cannabis sativa que fue domesticada hace más de 6000 años en la antigua China. Desde entonces, la planta ha sido criada de forma selectiva por sus propiedades comerciales, convirtiéndose en una fuente natural y rica de CBD.
Sin embargo, como ya hemos mencionado, el CBD no es el único cannabinoide. Aunque la mayoría de estos compuestos (incluyendo el CBD) no son psicoactivos, todas las familias tienen un miembro atípico.
La familia de los cannabinoides también incluye el THC, el compuesto ilegal que está presente en las cepas de marihuana.

¿Qué es el aceite de CBD y cómo se hace?
El aceite de CBD se refiere a una extracción concentrada de la planta de cáñamo o de marihuana que contiene altos niveles de CBD, y generalmente niveles insignificantes de THC. La extracción más moderna de cáñamo se logra con una técnica llamada extracción de CO2, mediante la que se bombea CO2 a alta presión a través de un recipiente que contiene material vegetal de cáñamo. El producto final es una sustancia oleosa rica en terpenos y cannabinoides.
Algunos fabricantes dan un paso más después de la extracción de CO2 con el fin de aislar el CBD. Esto se denomina destilación fraccionada y da como resultado un polvo de CBD casi puro. Este polvo se mezcla luego en aceite MCT y, a veces, incluso en aceite de semillas de cáñamo, creando un producto de CBD puro sin ningún otro cannabinoide ni terpenoide. Esto puede tener beneficios para aquellos que, por cualquier razón, puedan preferir evitar ingerir otros cannabinoides.
Sin embargo, generalmente se considera más beneficioso consumir un producto de CBD de espectro completo (no sometido a la destilación fraccionada), ya que un aceite de CBD de espectro completo también contiene otras sustancias curativas, como los terpenos. Además, los productos de espectro completo tienen el beneficio añadido del efecto séquito, mediante el que todos los compuestos presentes en una planta de cannabis trabajan juntos para crear el efecto terapéutico.
¿Qué diferencia hay entre el CBD y el THC?
Es probable que hayas oído hablar del THC mucho antes que del CBD. El THC (abreviatura de tetrahidrocannabinol) no es solamente el principal motivo por el que la marihuana (otra subespecie de Cannabis sativa) es ilegal en gran parte del mundo, sino que además es conocido por producir efectos psicotrópicos (subidón).
Afortunadamente, no todos los cannabinoides son iguales, y aunque pueden existir diferencias sutiles entre sus estructuras químicas, son suficientes para modificar sus efectos de forma notable.
Las diferencias en la estructura química del CBD significan que no interactúa con el cuerpo de la misma manera que el THC. Como resultado, este cannabinoide no es tóxico, no coloca y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no tiene potencial de abuso.
Después del THC (Δ9-tetrahidrocannabinol), el cannabidiol (CBD) es el cannabinoide natural más estudiado y con mayor potencial terapéutico. De entre todos los compuestos cannabinoides que contiene el cannabis, el CBD y el THC son los dos que están en concentraciones más altas. Aunque el CBD y el THC tienen diferentes propiedades, comparten una relación de interdependencia que potencia y media los beneficios terapéuticos de cada uno de ellos.
El THC produce el efecto psicoactivo del cannabis, mientras que el CBD no es psicoactivo. Esto significa que no produce efectos a nivel cerebral. De hecho, incluso se considera que el CBD tiene efectos antipsicóticos, al mediar y neutralizar la psicoactividad del THC cuando se administran los dos juntos.
Por este motivo, las variedades de cannabis para fines recreativos suelen contener niveles más elevados de THC, mientras que el cannabis medicinal puede centrarse tanto en el CBD como el THC, dependiendo de la enfermedad que se esté tratando.
Uno de los mayores obstáculos para el movimiento del cannabis medicinal en los últimos años ha sido la psicoactividad del THC. La llegada de la investigación y la comprensión del CBD ha ayudado a mitigar este problema, al demostrar los beneficios terapéuticos del cannabis en ausencia del compuesto psicoactivo, el THC. El entendimiento y la popularización del CBD han tenido un profundo impacto en la forma en que la comunidad médica y el público en general interpretan el cannabis y su lugar en la medicina.
Los médicos y los profesionales de la salud cada vez están más a favor de la prescripción de productos de CBD en el tratamiento de ciertas enfermedades. La falta de psicoactividad, los efectos secundarios mínimos y la sostenibilidad de la producción de CBD son las razones por las cuales el CBD ha recibido una atención positiva por parte de la comunidad médica. El CBD se ha legalizado en casi todas partes de Europa (con la excepción de algunos países como Eslovaquia), en los EE.UU y Australia y el gobierno de los Estados Unidos incluso ha conseguido una patente para el uso médico del CBD.
¿Cómo interactúa el CBD con el sistema endocannabinoide (SEC)?
¿Cómo se usa el aceite de CBD?
El sistema endocannabinoide de cada persona es único y, como tal, la influencia del CBD varía ligeramente de una persona a otra. Pero si echas un vistazo rápido en internet, encontrarás cientos de documentos de investigación y aún más testimonios sobre la gran influencia del CBD.
También hay que tener en cuenta la concentración y la dosis.
Cuanto más fuerte sea un aceite de CBD, o cuanto mayor sea la dosis, más potente será su influencia, pero no necesariamente para todas las personas.
La forma más sencilla de averiguar cómo te hace sentir el CBD es probándolo tú mismo/a. Afortunadamente, este compuesto no es tóxico, no coloca y es fácil de incluir hasta en los estilos de vida más ajetreados.
El aceite de CBD suele consumirse tal cual, administrándolo en gotas debajo de la lengua. Sin embargo, también se puede consumir en cápsulas, productos comestibles, aplicar tópicamente, vaporizarse o usarse en forma de supositorio. Cada uno tiene sus propios beneficios, biodisponibilidad y distintas dianas terapéuticas en diferentes partes del cuerpo.
La forma en que consumimos el CBD no solo cambia la rapidez de sus efectos, sino también la duración de los mismos.
Por ejemplo:
- La aplicación sublingual es un método de consumo general, mediante el que el CBD llega a la sangre a través de las membranas acuosas de debajo de la lengua.
- Las cápsulas se disuelven en el estómago o en los intestinos, según la composición de la cápsula. Pueden tardar más en hacer efecto, pero envían los cannabinoides directamente al sistema gastrointestinal.
- Los comestibles se disuelven directamente en el estómago.
- La aplicación tópica de CBD se usa con mayor frecuencia para tratar el dolor o la inflamación localizados sin la necesidad de ingestión.
- La vaporización de CBD es la forma más rápida de sentir los efectos, y por esta razón se utiliza con mayor frecuencia en el tratamiento de la ansiedad aguda o el dolor.
- Los supositorios son una de las formas menos populares de ingerir CBD, aunque puede ser la manera de lograr la mayor biodisponibilidad. También envía los cannabinoides directamente al sistema gastrointestinal o posiblemente incluso al sistema reproductor femenino.
Ahora que ya tenemos una idea de cómo funciona el CBD y la gran influencia que puede tener, tiene sentido que pasemos a los distintos tipos de productos que existen:
- Aceite: El aceite de CBD sigue siendo una de las formas más habituales de consumir CBD. Es fácil de dosificar y, dependiendo del aceite portador, proporciona numerosos beneficios nutritivos secundarios. Tampoco se necesita mucho para sentir sus efectos; unas gotas a lo largo del día son suficientes para potenciar el bienestar.
- Cápsulas de CBB: Discretas y sencillas, las cápsulas de CBD contienen CBD y un aceite portador de oliva. Son una opción estupenda para cuando necesitas tomar CBD fuera de casa o si no te gusta el sabor del aceite de CBD. Las cápsulas de CBD también están disponibles con distintas concentraciones, por lo que es muy fácil adaptarlas a tus necesidades.
- Cremas de CBD: Las cremas de CBD localizan los efectos del cannabinoide. En lugar de influir sobre el SEC desde dentro, ejercen sus efectos sobre los receptores de la piel, proporcionando una gran variedad de resultados. El CBD también trabaja en armonía con un montón de ingredientes probados para el cuidado de la piel, lo que lo convierte en un poderoso aliado independientemente de tu rutina de belleza.
- Suplementos de CBD: Una de las principales ventajas del CBD es la sinergia que forma con numerosos ingredientes naturales. Como resultado, cada vez hay más suplementos de CBD que combinan el cannabidiol con vitaminas, bálsamos, melatonina, omega3, etc.
Si está intentando tratar una afección en particular, merece la pena comprobar si hay un suplementos de CBD concreto que podría ayudarte.